Jaqueline Larsen: la pintura fotográfica y la fotografía pictórica
Jaqueline Larsen, 1990. Nacida en Necochea, Argentina, actualmente reside y trabaja en Madrid.
Su formación artística es variada, comenzó estudiando Estilismo de Indumentaria, pasó a Profesorado en Artes Visuales y terminó en Fotografía.
A través de su trabajo indaga sobre el concepto de identidad, el territorio, el cuerpo y su relación con el entorno, siempre desde una perspectiva poética y simbólica.
A través de intervenciones en el paisaje y paralelismos visuales con el cuerpo, genera una narrativa que, si bien parte de experiencias personales, permite que el trabajo cobre un sentido universal, susceptible de ser leído e interpretado por otros.
Su trabajo comercial tiene un distintivo estilo que oscila entre la fotografía artística y la fotografía de moda.
Ha expuesto su trabajo fotográfico en Necochea, Mar del Plata, Buenos Aires, Madrid, y Francia.
¿Qué rol tiene la naturaleza en tu obra?
Me cuesta un poco contestar esta pregunta porque la naturaleza forma parte de mi trabajo desde hace tanto tiempo que se ha convertido en un eje y ya no le busco mucho más sentido que ese.
Cuando estaba empezando a fotografiar encontré en la naturaleza una fuente de inspiración tan amplia que me permitió ahondar en un lenguaje que era nuevo para mí, pero a través de algo que me era familiar, visualmente interesante y fácil de retratar. Años después tuve un profesor que decía que es casi imposible hacer una mala foto de una flor, y ese comentario me resonó mucho por eso.
Empecé haciendo muchas analogías entre el cuerpo y la naturaleza, sobre todo a través de dípticos, e incluso mi primer proyecto fotográfico "serio" trata de eso, pero aunque ya no es el tema principal sigue siendo un recurso que utilizo hoy en día y que me sigue sorprendiendo muchas veces. Creo que es inagotable.
¿Haber nacido en una ciudad costera influyó de alguna manera en tu trabajo fotográfico? ¿Qué elementos de tu ciudad encontrás en tus fotos?
Siempre he considerado que nuestro entorno nos condiciona y nos influye, así que haber nacido donde nací, y haber recorrido todos los lugares que recorrí fueron nutriendo mi percepción del espacio, igualmente que todas las personas que fui conociendo en el camino, fueron aportando a mi manera de mirar a la hora de retratar a alguien.
Gracias a haber comenzado a incursionar en la fotografía en un entorno tan familiar y cercano pude tomarme la libertad de experimentar mucho sin la presión de estar retratando quizás a una modelo profesional. Mis amigas se prestaban a mis ideas sin dudarlo, ya fuese subiéndose a un árbol o metiéndose en el mar en pleno invierno en ropa interior... Mi ciudad es costera en el mejor sentido posible, porque tenía al alcance muchísimos espacios hermosos pero sin la masificación de una ciudad súper turística donde es más difícil tener "intimidad" en lugares públicos.
Sabemos que antes de ser fotógrafa te dedicaste durante un tiempo al dibujo y a la pintura ¿Qué herramientas te brindó esta experiencia que hayas podido incorporar luego en tu trabajo fotográfico? ¿Seguís pintando?
Empecé a dibujar desde muy chica, y ese fue el punto de inicio de todo mi desarrollo artístico. Del dibujo pasé naturalmente a la pintura cuando tenía alrededor de 16/17 años.
Estudié Profesorado en Artes Visuales con especialización en pintura, y paralelamente también empecé a sacar fotos por mi cuenta. Mis profesores de pintura me reprochaban muchas veces que mis pinturas eran demasiado "fotográficas" y del mismo modo se me comentaba que mis fotos eran muy pictóricas. En ese momento lo tomaba como un error pero con el tiempo me di cuenta que eso era precisamente lo que diferenciaba mi trabajo, así que seguí por esa línea, siempre intentando perfeccionar y reforzar mi fotografía.
Hace muchísimo tiempo que no pinto, exceptuando un intento durante la cuarentena, pero es cierto que ahora me dedico casi enteramente a la fotografía. La pintura requiere un tiempo y una dedicación diferente y por ahora no he podido hacerme un hueco para hacerlo bien, aunque me encantaría volver a pintar en algún momento.
¿Cómo es tu proceso creativo? ¿Hacés bocetos? ¿Cómo es el día anterior de una producción fotográfica?
Mi proceso creativo es bastante flexible y siempre se da de manera diferente. No siempre hago bocetos porque no quiero condicionarme demasiado en el momento del shooting, pero sí que suelo hacer una especie de moodboard con fotos que me inspiran y que responden a la línea estética que me gustaría plasmar en esa sesión concretamente.
El casting influye mucho también, a veces me encuentro en instagram con alguna modelo que me sugiere algo y a partir de ahí surge la idea, y otras veces pasa al revés.
Antes me generaba mucho estrés el día previo a las fotos e incluso las horas antes, con el tiempo he podido relajar un poco esa ansiedad y disfrutar mucho más de los preparativos, si tengo que preparar el fondo o comprar algún elemento (muchas veces flores), o elegir el estilismo, y al final todo el proceso es más fluido y agradable.
¿En qué momento de tu vida decidiste mudarte a España? ¿Qué oportunidades encontraste en el camino?
España ha sido un tema recurrente en mi vida porque parte de mi infancia y adolescencia la pasé acá, he ido y venido muchas veces.
Ésta última vez fue diferente porque llevaba varios años viviendo en Argentina, ya había terminado la carrera pero no estaba segura qué camino tomar a partir de ahí. Decidí que en vez de intentar meterme en el sistema educativo, iba a reforzar mi formación técnica en fotografía (hasta entonces sólo había hecho clínica de obra). Una de las opciones que estaba barajando era irme a Buenos Aires, pero justo encontré una convocatoria para hacer un Máster de Fotografía en Madrid y apliqué poco antes de que cerrara. Cuando me dijeron que había ganado la beca no lo dudé ni un segundo y ahí empecé a tramitar todo para venirme.
¿Cómo fue tu mudanza y cuáles fueron las diferencias culturales que sentiste al llegar? ¿Qué te llamó la atención los primeros meses de vivir allá?
La mudanza fue bastante repentina y frenética porque el curso empezaba en Octubre y la beca me la otorgaron en Junio, así que tuve sólo 4 meses para hacer mil trámites y para asimilar que iba a volver a España después de tantos años. Recuerdo sobre todo muchas despedidas bastante emocionales, sobre todo de mi familia. En un principio sólo iba a venir a cursar el máster, pero Madrid me encantó y decidí quedarme.
Diferencias culturales no percibí demasiadas porque España siempre ha sido como mi segundo hogar, pero sí que noté el cambio en cuanto a mi sensación de seguridad en la calle, y no tener que estar constantemente mirando para atrás cuando vas caminando (así me terminaron robando dos celulares igual).
¿Qué es lo que más disfrutas de hacer editoriales? ¿Cómo es tu proceso de selección de locaciones y modelos?
Hacer fotos en general me proporciona mucha satisfacción porque llevo creando imágenes desde chica. Hay algo en todo ese proceso que me entusiasma muchísimo, más allá de la utilidad que pueda tener después o no. Creo que, sobre todo hoy en día, todos creamos nuestro "micromundo" a través de imágenes, y nos gusta la idea de pensar que eso nos representa de una manera u otra, a mi particularmente me hace mucha ilusión cuando alguien me comenta que ver una imagen hecha por mí ya les dice quién la hizo sin ver mi nombre, como si hubiese creado algo muy mío pero que los demás pueden reconocer y disfrutar, y mucho más si se trata de una marca que ve en mis imágenes un medio para mostrar sus creaciones.
Las locaciones y modelos que elijo tienen que ver, por un lado, con lo que la marca quiere transmitir, y por otro, con un tipo de imaginario que suele ser recurrente en mi trabajo. Intento encontrar el equilibrio entre esas dos cuestiones para poder llegar a crear algo con lo que todos estemos satisfechos.
Mucho de tu trabajo es a color, pero otros retratos son blanco y negro ¿Cómo decidís cuál va con qué trabajo?
La verdad es que suele ser un poco aleatorio y a base de prueba y error. Pero creo que cuando decido prescindir del color es porque me interesa mucho más la estructura visual y la textura que hay en lo que voy a retratar. El color a veces es una distracción bastante efectiva para adornar una imagen, pero intento usarlo en pos del discurso y que forme parte de la narrativa que tengan las imágenes en cuestión.
