5 películas francesas que probablemente no hayas visto

 

Selección a cargo de Clara Stegmann, creadora de Club Teorema

 

Desde la invención del cinematógrafo hasta la contemporaneidad, Francia ha influenciado enormemente el modo en el que nos relacionamos con el medio audiovisual. ¡No sería sensato hablar de cine sin mencionar la Nouvelle Vague! Nuestros colaboradores de Club Teorema nos traen un recorrido de 5 películas destacables, pero poco vistas, de este país. ¡On y va!

 

1. Sans Soleil (1983, dir. Chris Marker)

 
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Concebido en la encrucijada entre el documental, la ficción, el experimento audiovisual y el ensayo cinematográfico. En su espectacular obra póstuma, Chris Marker reflexiona sobre la complejidad de la memoria humana, y al modo en el que aquello filmado puede llegar a reemplazar nuestros recuerdos.

 

2. Mauvais Sang (1986, dir. Leos Carax)

 
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Con influencias del cine negro, la ciencia ficción y la comedia, Leos Carax nos enseña una trama ralentizada en la que se intuyen dobles identidades y una expresión plástica del amor. Una atmósfera para amantes y ladrones, y una espectacular secuencia en la que Denis Lavant baila en la vereda acompañado de “Modern Love” de David Bowie.

 

3. Tout Est Pardonné (2007, dir. Mia Hansen-Løve)

 
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Más no podríamos esperar de la ópera prima de Mia Hansen-Løve, que enseña los paraísos artificiales de un padre y las consecuencias que tiene para su familia. Un relato atravesado por el pasar del tiempo y una experiencia sobre la identidad a pesar de nuestra herencia, de la necesidad de crear un espacio propio, y la pérdida.

 

4. L'Heure d'été  (2008, dir. Olivier Assayas)

 
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Tres hermanos se enfrentan a la disolución de su infancia cuando han de resolver la sucesión de su madre. Cada quien con sus propios intereses y circunstancias, han de llegar a un acuerdo, el cual remueve recuerdos y sentimientos.

 

5. Caché  (2005, dir. Michael Haneke)

 
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El aparente equilibrio de un matrimonio burgués en París se ve amenazado por unas cintas de video grabadas en frente de su casa. En las películas de Haneke siempre hay una catástrofe a punto de ocurrir, una suerte de poética confusa en la que la tensión social y la imposibilidad de ponerse en el lugar del otro se viven a flor de piel. Haneke es el mejor.

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