Sofía Seguro: Viajar como un refugio de sanación y creación

 

Bajo el seudónimo “Bosque Humeante”, Sofía se dedica a viajar y crear imágenes desde el 2011. Es de Guaymallén, Mendoza; pero actualmente vive en Copenhague, Dinamarca.

 
Bosque Humeante - Emc Magazine
 

Comenzó a crear intuitivamente con una cámara analógica muy antigua que encontró en su casa. Luego de algunos meses de ese descubrimiento, decidió irse a Capital Federal para empezar la carrera de fotografía profesional, en la escuela creativa de Andy Goldstein.

Fue en el 2015, su último año de carrera, donde comenzó a sentir una fuerte atracción por la naturaleza en su estado más puro, y cuando decidió viajar a la Patagonia Argentina. Estos viajes en solitario continuaron durante varios años consecutivos, por lo que gran parte de su obra fotográfica consta de paisajes del sur de Santa Cruz, Ushuaia y la Patagonia Chilena.

Sus fotografías nos relatan su manera de sentir, habitar y perpetuarse en aquellos paisajes.

 

“Sentí que necesitaba estar en contacto con la fuente de energía más pura que existe, que es la naturaleza. Viajé para conectarme, habitar y sanar con una parte recóndita de mí que estaba completamente dañada. La fotografía fue una excusa”

 
Bosque Humeante - Noruega - Emc Magazine
 

¿Cómo surgió la decisión de hacer estos viajes? ¿Dirías que el motor fue más parte de una necesidad personal o fotográfica?


El motor siempre fue alimentado por una necesidad personal. Como algunas de las decisiones más importantes de mi vida, aquella también surgió de forma espontánea. Una mañana que tenía que ir a cursar a la escuela de foto, me atravesó un fuerte sentimiento mientras me despertaba. Días después armé mi mochila con el equipo de montaña, y emprendí viaje hacia El Chaltén. Justo antes de tener esta iniciativa, atravesé una relación amorosa bastante tóxica, por lo que sentí que necesitaba estar en contacto con la fuente de energía más pura que existe, que es la naturaleza. Viajé para conectarme, habitar y sanar con una parte recóndita de mí que estaba completamente dañada. La fotografía fue una excusa.

 
Fotografía - Bosque Humeante - EMC Magazine
Bosque Humeante
 

¿Hay alguna persona o historia que te haya inspirado a hacer estos viajes?


Cuando era niña y vivía en Mendoza, todos los fines de semana íbamos a la montaña con mi familia. Teníamos una especie de ritual: jugábamos, explorábamos y cocinábamos juntos. Siento una gran conexión entre mis procesos de creación/exploración y esa etapa de mi vida. Pero a medida que pasaron los años, la relación con la naturaleza y el juego comenzó a desdibujarse. Cuando me mudé a Buenos Aires, estuve en contacto con personas y vivencias oscuras, fue un período de varios años en los que me sentí perdida. El desplazarme de mi espacio de confort hacia paisajes con climas tan hostiles, actuó como una especie de reflejo ante el dolor. Viajar fue mi refugio de sanación y creación.

 
Hielo
 

“Por momentos, hay situaciones por las que siento una especie de hipnósis, y mi forma de disfrutarlas es solo contemplándolas”

 
Emc Magazine - Fotografía - Sofía Seguro - 06.jpg
 

A veces, como fotógrafxs, tenemos que elegir entre vivir el presente o registrarlo para la posterioridad ¿Cómo es tu proceso fotográfico en estas situaciones?¿Predomina el viaje o el registro fotográfico?


Mi proceso fotográfico en esas situaciones es muy orgánico. Trato de escapar del “tengo que”. Me gusta habitar lo que siento en ese momento único. A veces predomina uno ante el otro, y a veces ambos. 

Recuerdo estar en el oeste de Irlanda hace un par de años, cruzando la montaña más alta del país a caballo. Un hombre nativo del pueblo manejaba la carreta de madera donde viajábamos. Apenas me subí, dejé mi mochila en una esquina y no toqué la cámara, era más importante contemplar el paisaje que íbamos dejando detrás.


Todavía tengo el recuerdo de ver rayos de luz escapando entre las nubes, iluminando el valle más vasto y hermoso que he visto. Lloré y tuve cero interés en hacer fotos. Esto se repitió incontables veces en mis viajes, y en mi vida cotidiana también. Por momentos, hay situaciones por las que siento una especie de hipnosis, y mi forma de disfrutarlas es solo contemplándolas.

 
Emc Magazine - Fotografía - Sofía Seguro - 05.jpg
 

¿Qué creés haber aprendido después de viajar sola durante tanto tiempo?


Viajando aprendí acerca de la empatía, la humildad y el respeto. Viajar me enseña a ser agradecida con lo que tengo la oportunidad de experimentar y también a ser menos prejuiciosa con lo que nunca tuve contacto real. Me educa a ser más consciente de mi lugar en la tierra, y de lo que puedo hacer y crear como humanx. Me muestra la importancia de habitar los momentos que se van presentando, uno a uno; en vez de estar esperando respuestas o momentos a futuro. Me permite conocerme con mayor profundidad, otorgándome valor y nuevas herramientas para afrontar momentos de incertidumbre y tristeza, cosas que jamás nada ni nadie me mostró. Por momentos, aprendí que tan sólo una mirada bastaba para conectar con hermosas personas de todas partes del mundo, y conocer un poco de sus historias. Considero esto como un regalo enorme lleno de aprendizajes, que sólo atribuyo al hecho de viajar y permitirme aprender.

 
Emc Magazine - Fotografía - Sofía Seguro - 07.jpg
 

Si bien comenzaste este proyecto en la Patagonia Argentina, sabemos que años después pudiste repetir esta vivencia en Noruega ¿Qué diferencias o similitudes encontrás entre ambas experiencias? 


En ambos paisajes conviven una atmósfera de misterio y solitud muy notoria, con la cual me identifico. Me sentía una peregrina en constante estado de meditación. 

En cuanto a lo geográfico y climático, son paisajes bastante similares. Montañas prominentes, (en Patagonia el cordón de los Andes, en Noruega los famosos Fiordos), vientos extremos, lluvias intermitentes y cambios repentinos de clima. 

El contacto con las personas nativas de cada lugar y la forma de llegar a estos, fueron diferentes: 

En Noruega viajé 48 horas en tren ida y vuelta, desde Oslo hasta Bodø (un pueblo pesquero muy al norte del país, donde partía el ferry hacia Islas Lofoten). En ambos trayectos compartí con algunos locales — suecos y finlandeses - largas charlas, que para mi sorpresa fueron muy amistosas. 

En Patagonia me sentía en casa. El viaje fue en avión, directo y rápido desde Capital Federal hasta Calafate. Luego, desde el aeropuerto en Calafate hasta el Chaltén en combi. El contacto con los locales fue super cálido, y también conocí varias personas de todas partes del mundo. La cercanía del pueblo con los diferentes campings me permitió acampar y hacer travesías en solitario durante periodos de tiempo más prolongados que en Noruega.

 
Emc Magazine - Fotografía - Sofía Seguro - 08.jpg
Emc Magazine - Fotografía - Sofía Seguro - 09.jpg
 

 ¿Qué le recomendarías a una persona que tiene ganas de empezar a hacer viajes en solitario pero que aún no se anima?


Soy consciente del duro momento que está atravesando la humanidad. Quizás puede resultar complejo pensar en viajar habiendo tantos desastres naturales y seres en sufrimiento. Sumado al factor económico y al cierre de fronteras (por Coronavirus).

Pero si pudiera dar un consejo a quien desea y tiene la oportunidad de hacerlo, empezaría recordándole que todxs vamos a morir algún día, así que ¿Por qué no intentarlo?. Al fin y al cabo estamos para aprender. 

Más allá de los miedos y la incertidumbre, a veces me sorprende cuánto poder de adaptación puede tener una persona ante momentos no tan placenteros, como puede ser enfrentarnos a algo completamente desconocido.

La verdad que todo lo que no me enseñó una institución, me lo enseñó viajar. Conocer nuevos paisajes, personas e historias derribó en mí, estructuras mentales y emocionales bastante innecesarias. Al final, el viaje que realmente cuenta es el del autoconocimiento.

 

Instagram: @bosquehumeante

Anterior
Anterior

Fotografía analógica: las visiones subacuáticas de Frédéric Agius