Malena Higashi: La ceremonia del té como metáfora de la vida misma

 

“Hacer un té es una entrega absoluta al otro. Con el tiempo empecé a entender que muchas de las cosas que hacemos en una ceremonia son metáforas de la vida misma”

 

¿Cuándo comenzaste a hacer ceremonias del té y qué te impulsó a empezar?

Empecé a hacer encuentros de ceremonia del té, íntimos y con grupos chicos en el invierno de 2018 en la "casa-galería" Fud. En marzo de ese año había vuelto de estudiar ceremonia del té en Japón, pasé un año entero viviendo en Kioto estudiando en la Escuela Urasenke. Yo venía estudiando en Buenos Aires desde hacía muchos años, pero sentí que tenía que dar un paso más e ir a estudiar allá. Durante ese tiempo en Kioto me di cuenta de que lo que se conoce acerca de la ceremonia del té en Argentina es muy poco en relación a lo vasto que es este mundo. Y me pareció que la mejor manera de acercarse a indagarlo es viviendo la experiencia: sentarte en el tatami, observar cómo se prepara esa taza, experimentar la contemplación silenciosa, dar rienda suelta a los sentidos, tener esa taza de té entre las manos y beberla. En Japón esta tradición se conoce como Chado (el camino del té) o Chanoyu (Agua caliente para el té). 

 
 
Fotografía de Laura Ortego

Fotografía de Laura Ortego

 

¿Qué crees que es lo más importante a la hora de realizar esta ceremonia? Y, ¿qué significa para vos?

Creo que lo más importante siendo anfitriona es tener la máxima consideración hacia los invitados. Hacer un té es una entrega absoluta al otro. Con el tiempo empecé a entender que muchas de las cosas que hacemos en una ceremonia son metáforas de la vida misma. En esta entrega y dedicación absoluta a preparar un té, generar un entorno agradable, cuidar cada detalle, nos vinculamos con el otro. Y si ejercitamos esta entrega en la vida diaria, no solamente al momento de hacer un té, la vida se enriquece, cobra otro color. Pero como dije es un vínculo, una correspondencia entre anfitriona e invitados. Hay una frase que me gusta mucho que dice: “Sé un anfitrión que conoce el corazón de tu invitado y sé un invitado que conoce el corazón de tu anfitrión”. De eso se trata una ceremonia del té, de esa conexión. 

No podría asignarle un único significado porque tiene implicancias muy profundas. Voy a citar al escritor Yasunari Kawabata para intentar definirla: “La ceremonia del té es un aunamiento en sentimientos comunes, es un encuentro de seres queridos en un buen momento”. Creo que ahí hay una clave: es una comunión. Compartir un tiempo y espacio común, plenamente conscientes de ese momento. 

 

En el 2020 fuiste nombrada como Joven Destacada Nikkei 2020 por el CNA ¿Cómo te hizo sentir y qué significa para vos este título?

Fui galardonada en el área de cultura en un año pandémico en donde el mundo se detuvo pero yo no. Recibir un reconocimiento en un año con tantas malas noticias fue una alegría. Y por otro lado la cuestión nikkei es importante para mí, es algo relacionado a mi identidad que vengo explorando desde hace unos años. La cultura japonesa que tanto me apasiona y en particular la ceremonia del té son legados de parte de mis abuelas Toyoko y Emiko. Mi abuela Emiko Arimidzu es sensei (maestra) de ceremonia del té y fue ella la que me inculcó el amor por este arte, la que me lo presentó. De alguna manera siento que este premio es una continuidad que se remonta a mis lazos familiares. Es un reconocimiento que me sigue marcando el camino por dónde ir. 

 
 
Malena Higashi, Fotografía de Laura Ortego

Malena Higashi, Fotografía de Laura Ortego

 
 

¿Cómo nació #UnJapónPropio y qué es lo que más disfrutas de este proyecto?

Antes de la pandemia ya venía con la idea de hacer un taller presencial de ceremonia del té porque al terminar la ceremonia surgían tantas preguntas de parte de los invitados y hay tantos detalles de los que hablar que quería organizar algo más teórico pero con muchas imágenes. Así surgió un primer taller sobre ceremonia del té que se llama “Agua caliente para el té”, preparo uno por estación. En paralelo vengo trabajando desde hace tiemposmuchos aspectos de Japón que me interesan: siempre estoy leyendo algo, viendo una película, buscando rastros de Japón en la ciudad. Y decidí juntar en un taller varias de estas cosas. #UnJapónPropio es un espacio soñado que se materializó. Para poner orden a tanta información pensé tres ejes y muchas preguntas, voy a poner una sola para cada eje a modo de ejemplo: el peregrinaje (¿qué significa en la era de la inmediatez?), el cuerpo (¿desde qué lugares se vinculan los japoneses con el cuerpo?) y por último, la cultura nikkei (¿cómo es la cultura nikkei en Argentina?). Armé un cuadernillo con una selección de textos para cada encuentro y luego enviamos por mail varios links e información complementaria. Muchas veces customizo esa información a partir de las inquietudes de cada grupo. 

#UnJapónPropio entonces es un recorrido por la cultura japonesa, un espacio curatorial, en donde intento generar inquietudes y dar muchos estímulos para que cada uno vaya armando su Japón propio. Por eso es disfrute es absoluto: estoy haciendo algo que me apasiona y a la vez aprendo mucho cada vez que vuelvo a dar el taller porque se dan dinámicas súper interesantes en cada grupo. Después de un tiempo algún participante me manda una foto de un libro que está leyendo que trabajamos en el taller, o me muestra un dibujo inspirado en una clase y en ese ida y vuelta siento que todo tiene sentido y que es importante seguir las corazonadas, apostar a ellas. 

 

¿Qué planes y proyectos tenés para este 2021?

La novedad es un taller nuevo que se llama “Help Yourself”. Siento que es más experimental que los demás, pero este también es un espacio soñado porque es una exploración por un género que me encanta para pensar y también para discutir, que es el de autoayuda. En este taller vamos a armar un diccionario con palabras japonesas que últimamente vienen circulando con fuerza: ikigai, wabi sabi, kintsugi, el método Konmari, la terapia shinrin-yoku (baños de bosque). ¿Qué tienen en común? En Occidente están asociadas al campo del wellness, incluso al género de autoayuda. Vamos a ver qué significan en Japón y cómo fueron leídas fuera de Japón.

También vamos a leer críticamente algunos libros de autoayuda relacionados con estos temas. Y no sólo libros, también algunas charlas TED (¿acaso no son nuestra dosis de self help contemporánea?). No se trata de criticar, más bien de desentrañarlos y entender su contexto. Sin juzgar. También tomar algunas enseñanzas de ellos porque finalmente son libros que hablan de nuestros hábitos y que proponen nuevas maneras de mirar la vida y repensar los vínculos con las personas, el tiempo y el espacio que habitamos.

Otra novedad para este año es un espacio que se llama “Un Japón propio: conversaciones”, un encuentro el último martes de cada mes para charlar con un invitado/a sobre un tema particular acerca de Japón. 

Voy a seguir dando #aguacalienteparaelté y #unjaponpropio y con un grupo reducido de estudiantes avanzados de Urasenke vamos a continuar nuestras prácticas de ceremonia del té. Todos los talleres por ahora serán virtuales y los doy en vivo en www.nauexperiencias.com

 

Si tuvieras que elegir a una personalidad que admirás para realizar una ceremonia del té, quien sería?

Tuve la suerte de que ese deseo se cumplió. Tenía muchas ganas de invitar a una ceremonia del té a Rosario Bléfari porque una vez leí una nota que escribió acerca de un ceramista llamado Ricardo Otero y las tazas de té que hace. Estas tazas se llaman chawan y se usan únicamente para esta ceremonia. Hace dos años organizamos con Ricardo una muestra con su trabajo, un “Encuentro de Chawan” y Rosario fue invitada. Fue un honor para mí prepararle un té y cerrar de algún modo esa conexión en donde gracias a su texto llegué a los chawan de Ricardo. Eso fue en diciembre de 2019 y,  tristemente, Rosario falleció en julio de 2020. En el momento de la ceremonia yo no sabía que estaba enferma. El recuerdo de esa mañana compartida me queda para siempre. 

 

¿Cómo se conecta tu rol de periodista y Licenciada en Letras con la ceremonia del té y tus proyectos?

Todo lo que hago está atravesado por la lectura y la escritura. Cuando estudiaba Letras no sabía muy bien por qué lo hacía, pero tenía muy claro que era lo que me gustaba. Con la ceremonia del té me pasó algo parecido, hice mi práctica durante mucho tiempo sin entender de qué se trataba y de a poco me fui enganchando. Cuanto más estudiaba más me daba cuenta de que todo ese mundo estaba construido en base a las cosas que me interesan:  la naturaleza, la caligrafía, los arreglos florales, los kimonos y todo un universo textil, las texturas de los papeles, los dulces, la comida. En el reverso de cada detalle de la ceremonia del té encuentro disfrute que me conecta con Japón. Creo que hay algo que relaciona la lectura, la escritura y el té que tiene que ver con una temporalidad y un estado de mente: el silencio, la tranquilidad, la contemplación. Como dijo Mona Chollet, “el té es tiempo en estado líquido”, y algo parecido sucede cuando leemos.  

En cuanto al periodismo, suelo escribir textos relacionados con cultura japonesa y ceremonia del té. Y en 2019 fui curadora de una muestra de objetos de ceremonia del té en el Museo Nacional de Arte Oriental (MNAO). Ese rol implicó la escritura de textos, pensar un hilo conductor y una narrativa para agrupar los objetos. Creo que una licenciatura en Letras te permite eso, crear mundos. En mi caso tienen forma de talleres, ceremonias del té, ensayos o muestras de arte.

 
 
Fotografía de Laura Ortego

Fotografía de Laura Ortego

 
 

Si quisiéramos adentrarnos en el estudio de la Ceremonia, ¿a dónde deberíamos ir?

En Buenos Aires existe Urasenke Argentina, que está vinculada a la sede central en Kioto. Es la escuela a la que pertenezco. También los invito a participar del taller #aguacalienteparaelté que es una introducción a la ceremonia.

 

¿Una ceremonia que hayas disfrutado mucho y recuerdes con cariño?

El 16 de enero de este año celebramos Hatsugama. Se llama así al primer té del año. Es el momento de reencuentro del sensei con sus estudiantes y se prepara un té espeso llamado koicha que simboliza muy bien la unión entre todos porque se trata de una taza que se comparte entre varios invitados. Por el Coronavirus no preparé koicha esta vez. En este contexto tan particular y después de un 2020 en el que las clases fueron por Zoom, volver a compartir un té todos juntos fue realmente especial. Mi abuela, Arimidzu sensei, pudo participar. Ella tiene 89 años y los cuidados deben ser extremos. Pero también pienso que la ceremonia del té es parte de su vida y de pronto se vio interrumpida. Recuperar ese espacio de encuentro, con calor humano real, con miradas, en presencia y preparar un té para todos fue la experiencia más feliz en el camino del té que llevo recorrido. 

 

Y por último, leímos en Revista Transas tu ensayo donde un subtítulo es “un verde como el té, un verde como el mate”. ¿Qué libro nos recomendás para acompañar nuestra bebida favorita?

Una aclaración: el té que se bebe en la ceremonia del té se llama matcha, es un té verde en polvo, molido y por eso tiene un sabor muy fuerte y concentrado. El libro que menciono en el ensayo es una compañía ideal para tomar este té. Se llama Un viaje llamado vida y es de una de mis escritoras favoritas, Banana Yoshimoto. El ensayo se llama “La ceremonia del té en el Sur”. Dejo copiado el link como una invitación a la lectura. 

 

Instagram: @ekekochi

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