#CineExperimentalConBaba: Deep Sleep, hipnosis y cine con Basma Alsharif

 

En esta tercera edición de #CineExperimentalConBaba - sección en la que Ivana Kordi Oszlak nos invita a conocer y reflexionar sobre distintas obras audiovisuales y artistas emergentes - hablamos sobre cómo a través del arte y a raíz de la experiencia colectiva, puede crearse la memoria de una historia no como conocimiento que se transmite, sino como una experiencia que sucede constantemente.

Les invitamos entonces, a descubrir a través de los ojos de Ivana, a Basma Alsharif y su cortometraje Deep Sleep - el cual está filmado en Super 8mm en las ruinas abandonadas entre Gaza, Atenas y Malta ¡Que lo disfruten!

 
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Basma Alsharif nació en 1983 en Kuwait, hija de padres palestinos, y fue criada entre Francia y Estados Unidos. Desde 2007 vive y trabaja, nómada, entre Gaza, Beirut, El Cairo, Sarja, París, Amman y Los Ángeles.

 

Su práctica artística se encuentra en la intersección del cine y la instalación, centrándose en la condición humana en relación con los paisajes geopolíticos cambiantes, sus entornos naturales y su historia. El director de cine, productor y ensayista Eyal Sivan comentó una vez: 

 

“El trabajo de Basma Alsharif hace que una generación de jóvenes artistas internacionalistas palestinos afirme que la perspectiva palestina es de hecho mas fuerte que la metáfora de Palestina. Esta noción de una perspectiva palestina, de una mirada impregnada de historia y fragmentada por la geografía, significa negarse a ser esclavizado, negarse a ser un mero soporte de proyección sin aportar una reflexión crítica sobre la naturaliza de esta proyección”

 

Su trabajo alienta a los espectadores a involucrarse críticamente con la cuestión de la esperanza en relación con Palestina. Sus reflexiones sobre la condición humana se basan en un realismo que cuestiona el ciclo de renovación y destrucción intrínseco a los uróboros, el símbolo de una serpiente comiendo su propia cola: el ciclo eterno de las cosas, también el esfuerzo eterno, la lucha eterna o bien el esfuerzo inútil, ya que el ciclo vuelve a comenzar a pesar de las acciones para impedirlo.

 

Deep Sleep (2014), o en español, Sueño Profundo, es un cortometraje de 13 minutos, filmado en Super 8mm en las ruinas abandonadas entre Gaza, Atenas y Malta. 

 

De la pantalla en negro emerge un blanco que rápidamente, acompañado por sonidos binaurales, se convierte en luces parpadeantes de colores. Vemos sol, tierra, piedra, cielo y agua; suenan campanas, olas y pasos entre ruidos indistinguibles y ensordecedores. Restringida de visitar Gaza, Basma Alsharif practicó la autohipnosis con el propósito de bilocalizar -término utilizado para describir un fenómeno paranormalsobrenatural o divino, según el cual una persona u objeto estaría ubicado en dos lugares diferentes al mismo tiempo- y filmó esta obra en un estado de trance.

 

La película nos induce a una meditación basada en los pulsos binaurales que generan ondas cerebrales; está pensada para ser experimentada en un estado hipnótico que altere la memoria y el sentido del espacio-tiempo. Adormecida, conecta las ubicaciones en un intento de transmitir la experiencia de estar en Gaza desde tres lugares al mismo tiempo: la película propone un flujo rítmico donde el tiempo y las temporalidades, las fronteras y las geografías distinguibles se derrumban entre sí. 

 
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La directora aparece en la película como su propio doble, vestida de blanco y caminando a través de las ruinas. Señala con el dedo varios detalles en las escenas, instándonos a mirar más de cerca. La película es lo que Basma llama una “invitación a pasar del yo corpóreo al espacio cinematográfico en un acto colectivo de bi-localización que trasciende los límites de las fronteras geográficas y juega con la falibilidad de la memoria.” No es una idea única, sino un colapso de historias; una forma de preguntar qué significa para nosotros el exterminio deliberado de una población y una pregunta acerca de la memoria colectiva.

 

Sondeando acerca de la memoria colectiva, puede decirse que, si puede transmitirse, entonces puede crearse voluntariamente. Las imágenes, el arte, pueden ayudarnos a cambiar de opinión y a entender. En el caso de Palestina, dice la artista, “ha habido tantas imágenes que confirman la lucha, pero ningún cambio para mejor”. Trata de llevarlo más allá de los límites geográficos de Palestina, considerándola como parte de un problema humano más grande, una forma de mirar otros pasados y considerar otros futuros. Una memoria colectiva que de la capacidad para seguir adelante.

 

Gran parte de nuestra comprensión del futuro se basa en cosas que en realidad no experimentamos, pero de las que tenemos memoria y que compartimos como identidad. A través del arte y a raíz de la experiencia colectiva, puede crearse la memoria de una historia no como conocimiento que se transmite sino como una experiencia que sucede constantemente. 

 

Deep Sleep, goza de una fuerza visceral y crítica que trata de construir y reconstruir eventos que tercian entre la memoria y los hechos, el presente y el pasado, y la identidad única y colectiva que construimos día a día como individuos y sociedad. Basma Alsharif es sin duda una artista genial, determinada y de visión más que clara, cuyo mensaje es imperativo escuchar y cuyas películas, insisto, hay que ver. 

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